El pasado 27 de julio tuvo lugar, en el incomparable marco de El Escorial, el curso dirigido por el decano de la facultad de filosofía de la complutense, doctor Juan Antonio Valor para debatir sobre el futuro transhumano de la humanidad (https://cursosveranoucm.com/curso/74404/).

Naturalmente, nada puede sustituir la experiencia de participar en vivo y en directo en los ricos debates que se produjeron, así que en esta reseña me limitaré a dar algunas pinceladas para animaros a seguir debatiendo este tema emergente, que sin duda se enriquecerá en el futuro.

  • En primer lugar, el decano de la facultad de filosofía de la UCM nos mostró como el movimiento transhumanista supone una profunda crítica al humanismo planteado por la modernidad basado en el “cogito ergo sum” cartesiano. El movimiento transhumanista carece de límites en cuanto a su potencialidad, si consideramos una visión del mundo antiesencialista, donde los entes ya no estarían determinados por su esencia sino por sus relaciones extrínsecas. Son las relaciones extrínsecas las que definen el sentido de las cosas en el mundo y no una esencia que el profesor Valor rechaza. Solo el principio de contradicción limita nuestras posibilidades de imaginar el futuro, que se irá haciendo patente de una manera pragmática mediante la solución de nuestros problemas prácticos concretos. Leibniz despojado de transcendencia se constituye así en el filósofo de referencia para el transhumanismo, es decir, la lógica no sería la esencia del mundo tal como propuso Leibniz, sino la herramienta fundamental que nos permita imaginar mundos posibles a los que podamos aspirar.

  La utilización de las posibilidades que nos ofrecen los avances en la computación elevan           exponencialmente las posibilidades de nuestros planteamientos lógicos, haciendo posible una     nueva realidad basada en todo un nuevo universo de relaciones extrínsecas.

  • El Dr. Fernando Peláez, director de biotecnología del CNIO desarrolló la tesis del Homo Biotecnologens. Si partimos de la definición de biotecnología de la ONU (1992, Convention on Biological Diversity) como toda aplicación que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos, podemos aseverar que la biotecnología está en la base de todas las civilizaciones humanas, ya desde el Neolítico. Tuvimos la oportunidad de conocer el estado actual de la biotecnología, sus potencialidades y sus límites, debatiendo entre otras cuestiones sobre: terapia y edición génica, clonación, terapia celular e ingeniería de tejidos, manipulación de microbiota y biosensores.
  • La doctora Elena Postigo, directora del Instituto de Bioética Francisco Vitoria, nos brindó un análisis desde la perspectiva de la bioética, centrándose en el transhumanismo tal como lo entiende el Instituto para el futuro de la humanidad de Oxford. Según su director, Nick Bostrom: «el transhumanismo es un nuevo paradigma sobre el futuro del hombre que reúne a científicos de distintas áreas (Inteligencia Artificial, Neurología, Nanotecnología e investigadores en tecnología punta), a filósofos y hombres de cultura con un único objetivo: alterar la naturaleza humana, mejorar y alargar su existencia». La doctora Postigo realizó un análisis de los medios necesarios para llevar a cabo el proyecto transhumanista, realizó un dallado análisis del transhumanismo desde una perspectiva antropológica, nos mostró las diferencias entre transhumanos y posthumanos y detalló las preguntas que aun no han sido respondidas desde estos movimientos. Tras una breve explicación acerca de la bioética , entendida como ética de la vida, hizo un análisis de los desafíos bioéticos que ya están planteados con el estado actual de las tecnologías y compartió con nosotros la necesidad de establecer principios bioéticos que sean de aplicación al movimiento transhumanista, como por ejemplo , el principio “Primum non nocere” (primero no hacer daño) , un principio de igualdad y no discriminación, un principio de respeto a la dignidad de las personas, etc. Entre las conclusiones de la doctora destaca la necesidad de una reflexión filosófica crítica y bioética que anticipe el futuro, evitando el llegar a problemas a posteriori, es decir, evitando que hechos consumados generen consecuencias indeseadas que a veces podrían ser difícilmente corregibles.
  • El doctor Antonio Diéguez, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Málaga, nos habló del transhumanismo y sus límites. Hizo la distinción entre transhumanismo cutural (inspirado en la critica postmoderna al humanismo) y el transhumanismo tecnocientífico (inspirado en los avances de la biotecnología) que, pese a su diferente origen y planteamiento, comparten una idea común: eliminación de las fronteras entre el hombre y la máquina como forma de liberación. Para ello se hace necesario la superación de lo biológico (y lo corporal) como factor limitante. El doctor Diéguez nos mostró las tecnologías vigentes con sus limitaciones actuales (interfaces cerebro- máquina, IA, IoT, biotecnología para el mejoramiento humano, etc), así como otras tecnologías cuyo desarrollo ni siquiera ha llegado a un estado embrionario: IAG (Inteligencia Artificial General), integración total hombre-máquina, volcado de sinapsis cerebrales, etc. En definitiva, el transhumanismo es, para Diéguez, una ideología que busca reemplazar el viejo proyecto humanista yendo más allá del mismo gracias a los avances de la tecnología.
  • Graziella Almendral, periodista y divulgadora científica, nos habló desde la perspectiva de aumento de la longevidad. El aumento de la longevidad futura es un escenario muy probable, gracias a los avances de la biotecnología, así como un mayor conocimiento de las razones culturales y sociales que la facilitan. En concreto nos describió el caso de Okinawa, donde hay la mayor concentración del mundo de centenarios con buen estado de salud. Además de cuestiones relacionadas con la dieta y otros aspectos de carácter biológico, nos expuso el concepto de “Ikigai”, que está relacionado con el dotar a la vida de un sentido, así como una actitud parecida al concepto expreado en francés como “joie de vivre”. Así pues, no se trata tan sólo de disponer de las biotecnologías necesarias para alargar la vida, sino también hay un aspecto crucial en lo que podemos llamar “vida feliz”.
  • Finalmente, Jaime del Val, artista metahumanista, realizó una crítica radical del transhumanismo como prolongación de un humanismo que está en la raíz de todos nuestros males. La tesis de Jaime es que el humanismo (y el transhumanismo) supone la primacía de la mente sobre el cuerpo y, el proyecto transhumanista lleva esta primacía hasta el extremo de tener que desechar el cuerpo para eliminar los límites que supone para la mente. Ante este proyecto, que para Jaime nos conduce irremediablemente a la destrucción no solo de nuestra especie, sino de todo el planeta (proyecto trash-humanista), Jaime reivindica la primacía del cuerpo: recuperar el cuerpo perdido o empobrecido por el paradigma (trans) humanista y trabajar la propiocepción, incrementando la plasticidad sensoriomotora que se traduce en neuroplasticidad. Contra la inteligencia artifical (IA), plantea el desarrollo de la inteligencia corporal (IC).
  • El seminario finalizó con una mesa redonda liderada por el decano de Filosofía, donde se puso de manifiesto la necesidad de seguir profundizando en la cuestión del transhumanismo, que sin duda será uno de los movimientos que veremos desarrollarse en el futuro próximo, participando en los debates políticos, éticos, sociales y científicos de la humanidad. El decano agradeció a la fundación Sicomoro tanto la participación activa en el seminario, como su patrocinio.